Mo júbà Gbogbo Egun Tí Mbe Lésè Olódùmàrè (Saludo a todos mis ancestros que estan a los pies de Olódùmàrè)

 



Otin - Otim

Este Orixá dentro del batuque es sustentadora la sustentadora de la fartura y la prosperidad. Existen muchas versiones sobre este Orixá, algunas de ellas dicen que es la esposa de Orixá odé, otras dicen que es la hija del Orixá antes mencionadas. De cualquier manera es la compañera inseparable de odé, ayuda a ejercer un equilibrio y complemento único para este Orixá y para el ilé de Orixá también ejecutando su tarea como mensajera de los Orixás de mato. Algunas casa suelen decir que Orixá otim es uno de los ibeijes del batuque siendo esto erróneo pues ningún itán dice que la compañera de ode hubiese sido niña en todo momento de su vida.

 

Leyenda de otim

Oqué, rey de la ciudad de Otá, tenía una hija. La cual nació con 4 senos y era llamada de Otim. El rey Oquê adoraba su hija y no permitía que nadie supiera de su deformación. Este era el secreto de Oqué y el de Otim. Cuando Otim creció, el rey le aconsejo nunca casarse, pues un marido, por más que la amara, un día la aborrecería y revelaría al mundo su vergonzoso secreto. Otim se quedó muy triste, pero acató el consejo del padre. Por muchos años, Otim vivió en Igbajó, una ciudad vecina donde trabajaba en el mercado. Un día, un cazador llegó al mercado, y se quedó tan impresionado con la belleza de Otim, que insistió en casarse con ella. Otim rechazó su pedido por diversas veces, pero delante de la insistencia del cazador, concordó imponiendo una condición: el cazador nunca debería mencionar sus cuatro senos a nadie. 

El cazador concordó, y impuso también su condición: Otim jamás debería poner miel de abejas  en la comida de él, porque eso era su tabú, su eró. Por muchos años, Otim vivió feliz con su marido. Pero como era la esposa favorita, las otras esposas se sintieron muy celosas. Un día, se reunieron y tramaron contra Otim. Era el día en que Otim cocinar para su marido; ella preparaba un plato de maíz amarillo cocido, adornado con tajadas de coco, el predilecto del cazador. Cuando Otim dejó la cocina por algunos instantes, las otras esposas ávidamente pusieron miel en la comida. Cuando el cazador llegó en casa y se sentó para comer, percibió inmediatamente el sabor del ingrediente prohibido. Furioso, fue por  Otim y le dijo las cosas más crueles, revelando su secreto: "Tú, con tus cuatro senos,  hija de una vaca, como osaste  quebrar mi tabú?"La novedad se esparció por la ciudad como fuego. 

Otim, la mujer de cuatro senos, era ridiculizada por todos. Otim, huyó de casa y dejó la ciudad de su marido. Volvió hacia su ciudad, Otá y se refugió en el palacio del padre. El viejo rey la confortó, pero él sabía que la novedad llegaría también su ciudad. En desesperación, Otim huyó para la floresta. Al correr, tropezó y se cayó. En ese momento, Otim se transformo en un río, y el río corrió para el mar. Su padre, que la seguía, vio que había perdido a su hija. Allá iba el río huyendo para el mar. Queriendo impedir continuara su trayecto, desesperado, se tiró al suelo, y donde se cayó, se transformó en una montaña, impidiendo el camino del río Otim para el mar. Pero Otim contorneó la montaña y siguió su curso. Oqué, la montaña, y Otim, el río, son adorados hasta hoy en Otá. Odé, el cazador, nunca se olvidó de su mujer.

 

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